
La utopía de alcanzar la calidad educativa se convertirá en el camino por el cual transitaremos permanentemente demostrando la calidad de caminantes traducida en solidaridad, ternura, autoridad, comprensión y amor a nuestros niños y niñas. Se propiciarán ambientes placenteros, verdaderos nichos afectivos, donde al estudiante se le inculquen valores, no desde la teoría, sino desde la vivencia, el testimonio y la modelación del rol. La institución se convertirá en el mayor ente que dinamice los procesos educativos, culturales y sociales de la frontera Sur Colombiana.
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